Hablemos de arte. Hablemos de danza; específicamente de la Escuela de Danza de Sombras Tribal, dirigida por Akzara Martini, bailarina ya experimentada dentro del estilo desde hace unos cuantos años.
La tercera muestra anual de la academía se llevó a cabo en las instalaciones del Teatro Don Bosco, con una doble función el Domingo 13 de Noviembre. Un show que ya iba generando muchas expectativas desde su anuncio oficial en los pasados meses, y que, afortunadamente, contó con una buena asistencia.
«Esencia«, así fue bautizada la muestra, y es lo que en principio debe destacarse: hay un concepto; hay una historia, hay un desarrollo sin abstracciones en la expresión artística de la academia. El espectáculo no se caracterizó por cabos sueltos, o shows fuera de foco, sino por hilos que levemente tejían las líneas de una trama de crecimiento, autoaprendizaje, de análisis, de trascendencia y aceptación.
«Esencia» se manejó con mucha consciencia, desplegando la trama en varios actos, en donde un sinnúmero de estudiantes de la escuela, desde las más chicas a las más experimentadas, nos contaban el viaje interno que nos depara la vida; la existencia, en la búsqueda de aquello que nos define con nuestras virtudes y carencias, con nuestros miedos y fortalezas, aupando la excelsa brisna de inseguridades que nos encontramos en cada pasaje de la vida humana. ¿Qué maneja nuestro núcleo? ¿Qué nos impulsa, y al mismo tiempo, nos frena? Son preguntas que te quedan luego de analizar cada escena.
Fuera del concepto, la musicalización estuvo acertada en cada bloque; acompañado siempre de una escenografía de vistozo nivel para el espectador; y obviamente, las bailarinas, las verdaderas protagonistas de la velada, sacaron el mejor provecho de aquello. Definir hoy en día las ramas que maneja Sombras es caer en el encasillamiento; la escuela ya no camina netamente en el Tribal o en las danzas de vientre. Pudimos observar una gama de combinaciones que iban desde el Urbano, Hip Hop, Break Dancing, hasta el ATS y Bellydance, sin olvidar el Dark Fusión con sus caracteristicos movimientos de pecho y braceo de cobra al sonido del beat. Cada nivel nos deleitó con coreografías rebosadas de expresión, marcando la pauta de manera vanguardista, incitándonos a abrir nuestra mente y a revisar cada elemento que se desplazaba el escenario. Las chicas, y chicos, hicieron de esa tarima un mundo aparte, un universo lleno de disertaciones y pensamientos. El juego de luces no pudo ser más perfecto, alzando en métrica concordancia lo importante de cada acto.
«Esencia», más allá de un show, fue la combinación de muchas placas teatrales que, una a una, se sumaron a un todo, a una columna vertebral que forman la verdadera imagen de lo que es la escuela de Akzara Martini. Un esfuerzo enorme en estos días que sin duda dio sus frutos; gratificantes al recibir la ovación de pie, en el aplauso. Sombras, hoy por hoy, es un referente para cada una de las escuelas de danza en el país; no sólo por el nivel que han venido demostrando, sino por su entera capacidad de constancia y compromiso con el movimiento artístico nacional y latinoamericano. No hay más que halagos para el inmenso y excelente trabajo en la tercera muestra anual de la academia.
«Donde hay luz, siempre hay Sombras».
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